Nha Trang y la isla de lo’ mono’ (26 al 28 de octubre de 2011)

Llegamos a Nha Trang, después de otra grata experiencia en el Sleeping Bus, matando cucarachas cada vez que se prendían las luces para poder bajar del bus, teniendo en cuenta que además por motivos de «higiene» no podés estar calzado, la situación se hacía un tanto más interesante. Nha Trang es una linda ciudad costera, por momentos en su boulevard costero lleno de palmeras, uno pensaría que está caminando por Miami, aunque nunca lo haya estado como es nuestro caso. Sin embargo al alejarse un poco de la zona turística, donde hoteles internacionales se relacionan con los Shoppings, uno se vuelve a sumerger en pleno Vietnam,las veredas intransitables son dominio de los productos a la venta y las calles son gobernadas por las motos y las bocinas. Fue allí donde vimos todas las profesioneas expuestas en una vidriera de cemento, zapateros, matricistas, herreros se iban sucediendo los unos a los otros y nos hacían pensar en el valor de la restauración de las cosas, ya sea como sustentación familiar o ecológica. El primer día en la ciudad, podría decirse que fue de reconocimiento, recuperamos las horas mal dormidas en el bus y caminamos por su costa, un tanto por la playa sumergiendo… Seguir leyendo

Hoi An y las playas prometidas (23 al 25 de octubre de 2011)

Hoi An es un hermoso pueblo con notable influencia japonesa, caminar por sus calles en la noches iluminadas con las lámparas de papel es un verdadero placer. Allí realmente logramos descansar y relajarnos un poco del stress que imponen las ciudades vietnamitas. Pasamos unos tres días en la ciudad, donde recorrimos su centro, pero más que nada, visitamos su playa, la playa prometida, donde simplemente no hacimos nada, nos tiramos a descansar en sus reposeras o hacíamos la sobremesa con los pies en la arena para luego nadar un poco en sus aguas que si bien era cálidas, no eran tan claras como otras que habíamos visto. Para completar nuestros deleites en ese bello pueblo, conocimos el Café 43, un restaurante familiar, donde la sonrisa era el plato común a todos los comensales, la comida super freca y la cerveza a 0.15 usd el chop, y nos volvimos a encontrar con nuestros amigos Jeremie y Katerina, una pareja franco-checa que se comunica en español y que sin quererlo coincidimos en varias ciudades, para charlar y ponernos al tanto de nuestro viaje. Cuando dejamos Hoi An, la pena no fue tanta, ya que seguiríamos yendo hacia las playas, pero esta vez… Seguir leyendo