Phuket Phuket you know I won’t forget!

Llevaba meses cantando «Coquet Coquette» con la letra como la del título y finalmente llegamos. No teníamos ni idea donde estaba el aeropuerto ni nuestro hotel, si quedaba cerca de la playa o que, simplemente teníamos la dirección y deseabamos que nos llevara honestamente a destino de alguna forma. Así fue, conseguimos una combi a precio razonable, con la que hicimnos los 50 kilómetros hasta nuestro alojamiento, ubicado en el medio de la ciudad y por lo que decía la gente, la playa no estaba cerca. Como era muy tarde y hacía algunas horas habíamos estado caminando por la selva no nos importó y nos fuimos a descansar.

Habíamos llegado a Phuket, con el consejo de estar lo menos posible allí ya que estaba plagado de turistas, yo me pregunto si nosotros o la gente que nos lo dice tenemos cara de tailandeses, hicimos caso a ese consejo a medias y le dimos la chance a la isla que nos mostrara sus encantos y en resumen nos conquistó. Habíamos llegado a otra vez un paraíso, lo he dicho tantas veces que parece que usar la palabra con soltura, pero no es así, las playas de Vietnam y Cambodia nos habían deleitado con su belleza, pero lo que el mar de Andaman tenía para ofrecernos era maravilloso. Finalmente terminamos quedándonos una noche más, para visitar al menos dos de las tres playas más bonitas de la isla, y la sensación de estar en un paraíso estaba presente. Alquilamos una reposera con sombrilla y mesa por unos 100 THB que al principio nos quejábamos, pero cuando hicimos la conversión y lo comparamos con mar del plata u otra ciudad costera, nos moríamos de risa, unos 15 pesitos, recuerdo que hace 2 años nos habían pedido 100 pesos por una sombrilla medio día sin más nada que la misma sombrilla. Maru se acostó a tomar sol y yo me fui a nadar, era simplemente hermoso, a lo lejos se veían los yates y las altas e imponentes montañas verdosas a la orilla del mar nos miraban con envidia por no poder nadar en ese bello mar.

Como estábamos alojados en el pueblo para llegar a las playas teníamos que tomar el colectivo local, que era basicamente una Ford F350 con unas maderas en la caja que hacian las veces de asientos refrigerados por ventiladores atados al techo con alambre, casi nos sentíamos en casa. En uno de esos viajes conocimos a un amigo venezolano antichavista que veía a todo el lado positivo, todo excepto el mandato de su presidente, y nos aseguraba que su próxima presidente iba a ser una mujer de nombre María.

Finalmente el cuarto día decidimos irnos de la isla y viajar a Ko Phi Phi, el lugar más recomendado de la región, donde el lindo de Leo di Caprio había estado filmando La Playa, pero eso en la próxima entrega.


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