Recorriendo la provincia de Buenos Aires – Marzo de 2013

Y finalmente llegó el día. Una cuenta regresiva que había comenzado hace meses, por fin llegó a cero. Fue así como un miércoles, 27 de marzo de 2013, dejé de trabajar. Aunque técnicamente aún estoy de vacaciones, la renuncia se hizo efectiva, y ya me siento libre. Las alas se están desatando, y mientras recuerdo como se vuela, armo un bolso, al menos en mi mente.

Pero volvamos algunos pasos atrás. Por lo que ustedes saben, yo recién volví de Ushuaía, después del blogtrip de a Tierra del Fuego. Sin embargo mucho ha pasado desde entonces.

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Esquina en el pueblo de O’higgins

Gracias a los feriados tan de moda y cuestionados en la actualidad, contra los que muchos se levantan con la bandera del trabajo diciendo que somos vagos porque trabajamos poco, comparándose con las potencias mundiales sin saber que, por ejemplo, en Alemania se tienen 22 días hábiles de vacaciones cuando se comienza cualquier empleo, gracias a esos feriados, volví a Buenos Aires un domingo y el viernes ya estaba saliendo nuevamente a las rutas. Esta vez, volvía a Tandil, pero no era un destino, sino una escala.

La primera parte del viaje lo hice con mis viejos, Maru se quedaba en casa preparando un final. Salimos de la puerta de mi trabajo con destino a la casa de Leo, mi amigo tandilense. Pero al llegar no fuimos a su casa, sino que antes hicimos una escala en Antares, el bar de cervezas artesanales que tanto me gusta. Allí disfrutamos de la cena con mis viejo, Leo se nos unió más tarde. Cuando terminamos de comer nos fuimos a su casa a descansar para salir el día siguiente, mis viejos se irían a una lujosa posada y mi amigo y yo saldríamos a probar suerte intentando llegar a la costera ciudad de Monte Hermoso.

Arranamos el día a media mañana y antes de que el sol estuviera justo encima nuestro ya estábamos en la banquina. Como ustedes saben, soy nuevo en el mundo del autostop, por lo que tenía experiencia solo o con Mariana, pero nunca con un amigo. Una pareja masculina es la peor combinación para conseguir transporte, sumado a que Tandil parece ser un agujero negro para todos los autostopistas, y que el cruce en el que estábamos no favorecía mucho la situación, el hecho de que hayamos esperado sólo 40 minutos fue afortunado. Nos levantó un Chevrolet Aveo intentando juntar karma, ya que la hija de la pareja que viajaba estaba en la misma situación que nosotros pero en la provincia de Córdoba. Charlamos un rato y nos dejaron en una rotonda. Completamos el viaje en un camión y un falcon.

DSCN1701Después de mucho buscar llegamos al camping Americano.y nos establecimos allí por 3 días. La estadía no tiene mucho para contar, sólo que pasamos unas lindas vacaciones con Leo, charlando y compartiendo alguna cerveza cada tanto. Si bien los días fueron lindos, el miedo a las aguas vivas, infundido especialmente por el renegado conductor del falcon, hizo que no pudieras disfrutar tanto del agua.

La vuelta, también en autostop quedó trunca en el pueblo de Benito Juarez. Cuando ya habíamos conseguido un transporte hasta la puerta de la casa de Leo, el auto no arrancó y tuvimos que buscar otro transporte. El primer auto que pasó nos levantó y nos acercó a la ruta que esperábamos, sin embargo ahí se agotó la suerte. Nadie iba a levantar a dos mochileros por la noche y nos fuimos al pueblo en busca de un micro. Mientras preguntábamos en el pueblo como conseguir un colectivo, la gente se peleaba por llamarnos a un remisse y una nena de 3 años nos cebaba mate. Si bien no pudimos conseguir el micro que queríamos pudimos disfrutar del carnaval, donde chicos y grandes se divertían de igual manera, tirando espuma en los ojos de cuanto desprevenido encontraran.

Llegamos a Tandil gracias a mis viejos ya que no conseguimos micro, si bien estaba dispuesto a dormir en carpa en cualquier lugar, preferimos pedir el auxilio técnico y dormimos felizmente en una cama.

DSCN1685Volvimos el día siguiente a Buenos Aires. Todos los días se sucedieron muy revueltamente. Con el nomadismo urbano, durmiendo días en una casa, días en otra, los preparativos para el viaje, la impresión del libro, y demás tareas.

Al cabo de unos fines de semana después me encontraba en otro viaje con mis padres. Íbamos a visitar mis raíces, a la ciudad de chacabuco y al pueblo de O’higgins, cuya fotos ilustran este post. Visitamos a la familia, y una tía abuela me obligó a comer sus milanesas fritas en grasa acompañadas de tomates cultivados en su huerta.

Finalmente una semana después, en el super fin de semana largo de pascuas, partimos rumbo a mar del plata, con Maru, su mamá y mis papás. Los días no acompañaron mucho, pero en la ciudad más linda del mundo siempre hay algo para hacer. Esto sumado a que varios amigos estaban allá, hizo que la semana fuera súper linda. Decidimos volver por la ruta 226 para cruzarnos con Tandil y despedirnos de otros amigos.

DSCN1747Esas fueron nuestras aventuras en el mes de marzo, muchas, más aún teniendo en cuenta en el caos en el que nos encontramos. Ahora sólo queda empezar. Empezar a partir. Armar las mochilas, cerrar todo lo que haya que cerrar y lanzarnos a nuestra nueva vida. Porque en 10 días, tan sólo en 10 días partimos a España.

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Y por cierto, si todavía no tienen la copia de «100 días en Asia» no duden en pedírnoslo. El libro que relara nuestras aventuras por el sudeste asiático y que nos va a ayudar para recorrer europa y oceanía. El precio es de sólo 50 pesos más el envío. Si están interesados nos avisan por facebook, twitter o por mail.

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