Hamburg (11 al 13 de junio de 2011)

Estamos en el cuarto tren, de seis que tenemos que tomar para volver de Hamburg a Stuttgart, lo bueno es que el viajes es un poco más corto que el de ida, unas 12:48 contra unas 13:08.
Hamburgo está a unos 800 kms de Stuttgart, en el norte de Alemania, y el motivo de tan largo viaje, es que estamos tomando una promoción que nos obliga a usar los trenes de cercanía, pero que sale unos 39 euros hasta 5 personas (es decir, si fueramos 5, un poco menos de 8 euros cada uno) los fines de semana, y 36 euros de base más 6 euros por persona los días de semana, en nuestro caso, que volvemos con una amiga de Mariana y otra chica más, la cuenta sería 36 más 24, es decir 15 euros por persona. Antes de tomar la decisión de si viajar o no tanto tiempo, estuvimos investigando otros destinos, o preguntándonos si valdría la pena tanto viaje, y la verdad es que la valió y con creces.
Si bien estuvimos dos noches y un solo día en la ciudad, pudimos hacer bastantes cosas. En primer lugar nos hospedamos en la casa de una chica que es doctora en medicina y que contactamos por medio de CouchSurfing. Anja, estuvo viviendo en Argentina por 6 meses, tenía su casa en Caballito y su trabajo en Ramos Mejía, igualito a mis dos últimas semanas en Redmond, le encataba Buenos Aires y el rock nacional. La verdad que fue una pena que tuviera que trabajar en el fin de semana porque el tiempo que estuvimos juntos lo pasamos muy bien y charlamos bastante. Es increíble la buena onda que tiene la gente, ambos días nos quedamos solos durmiendo en su casa después de que ella se fue a trabajar, la confianza ciega que se tiene es admirable y a veces deseo que el mundo fuese así, ayudar simplemente por ayudar, por ver al otro ser ser feliz, como pienso muchas veces.
Cuando nos fuimos el sábado, dejamos todas nuestras pertenencias, incluída la compu, y no nos sentimos más intranquilos de lo que ella se habrá sentido. La idea para este día era hacer el free tour y luego preguntar qué más podíamos ver para llevarnos un pantallazo de la ciudad. Llegamos al free tour y esperamos a que viniera el guía para darnos el paseo en español. Cuando llegó, el flaco era un cordobés que recién se había levantado pero quele puso muchísima onda y la pasamos super bien en el tour. Vimos muchos de los puntos importantes de la ciudad, la Rathaus (municipalidad), iglesias, el puerto, el lugar dónde comenzó un fuego inmenso que destruyo la ciudad, la futura filarmómica (estoy seguro que lo acabo de escribir mal, pero no tengo la rae para chequearlo) y muchas cosas más.
Cuando terminamos el tour, nos fuimos a comer con el guía un tradicional Kebab, y de ahí a dar una vuelta por la lancha «colectivo» que teníamos incluida en el pase diario del tren. La vuelta por el Río Alda estuvo muy bonita y los conocidos containers de Hamburg Süd estaban por todos lados. Volvimos y fuimos a caminar por un parque enorme, por sus jardínes, botánico, japonés y tantos otros. Volvimos a la casa de Anja, cenamos algo y fuimos a dar una vuelta. Nuevamente acá aparece el gesto de confianza, porque ya no la volveríamos a ver, cunado volviéramos, ella estaría durmiendo y se iría antes de que nos despertásemos. Nos dio un juego de llaves, nos deseó buen viaje, y no solo nos ofreció un techo cerca de Strasburg, en la casa de sus padres sino que también nos saludó con un beso, gesto que es muy raro en los alemanes, a menos que hayan vivido en el exterior.
La casa de esta chica estaba super bien ubicada, en medio de un barrio llenos de bares y con buen ambiente, así que solo tuvimos que bajar las escaleras para estar en medio de la joda. Tomamos una botellita de cerveza que teníamos y llamamos a las chicas brasileras que habíamos conocido en el tour. Seguimos caminando y por casualidad las encontramos. Charlamos un rato mientras terminaban de cenar y terminamos la noche en otro bar donde las esperaban un chico ecuatoriano y uno mexicano. Tomamos una cervecita a medias con Maru y nos fuimos a dormir. Hoy teníamos que levantarnos tempranos para nuestro gran regreso a casa.

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