Londres (25/08/2011 – 30/08/2011)

Y llego el último día de trabajo en Philips, celebraciones mediante y despedidas día a día, mi trabajo en la empresa había finalizado.

Como no podía ser de otra forma, el día siguiente partiríamos para comenzar nuestro gran viaje. Rumbo a Londres con mochilas que aún no logramos dominar nos dirijimos al aeropuerto de Stuttgart. Sellado el pasaporte habíamos salido del área Schengen luego de unos 7 meses en mi caso, 6 en el de Maru.
En Londres nos esperaba una pareja turca que nos albergaría durante las dos primeras noches de nuestra estadía allí, las otras tres sería la casa de Martín Rouaux quién haría los honores. Los turcos fueron muy macanudos, nos esperaron despiertos hasta media noche, compartimos unos desayunos muy ricos y charlamos de temas varios, como por ejemplo que a pesar de tener 32 años, Eldar, aún debe hacer el servicio militar en Turquía, lo gracioso radica en el plan, como si de una forma de pago de una heladera en gabarino se tratara, que tiene para cumplirlo, al ser graduado universitario el tiempo de servicio puede ser reducido  a un año como oficial, 6 meses como soldado, o 21 días como soldado abonando unas 5.000 libras, en digamos, castigo.
Londres es una ciudad maravillosa, si no fuera por el disgusto que nos causa pensar en la reina, o como se han robado cuanta cosa tenían gana a lo largo de la historia, sería un lugar muy lindo para vivir. Si bien las cosas allí son caras, creo que uno puede encontrar la forma de gastar lo menos posible y ahorrar lo suficiente.
Nuestra visita turística incluyó lugares típicos pero que no pueden dejar de visitarse, son un «must» o un obligado si queremos encontrarle alguna traducción al español, museo británico y galería nacional, Picadilly Circus, meridiano de Greenwich, la torre de londres con su puente, el Victoria & Alpert Museum y otros tantos lugares que ocuparon nuestros 4 días plenamente. Las obras de los museos son únicas y no podría hacer justicias con las mismas si intento decribirlas, es indignante ver como han robado todo pero de algo al menos podemos alegrarlos, nada allí es de procedencia inglesa, lo que parece demostrar que el único talente que poseen estos Lords no es otro que el de robar, como si Corsarios del siglo XXI estuviésemos hablando.
Finalmente en un día sin lluvia nuestra permanencia en la capital inglesa había finalizado, volveríamos a la casa de Martín, donde apenas dormimos 3 horas para partir hacia el próximo destino, Edimburgo.

Marcar el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *