Por trabajo o por placer? Ambos! Una semana en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia

A la vuelta festejando con mi viejo!

Como conté en el último post, cuando estábamos en el aeropuerto de Asunción, esperando que se hiciera la hora para hacer el check in, revisábamos los mails y ahí vimos un mail que decía que en dos semanas estábamos yendo a Bolivia,como siempre me puse contento por un nuevo viaje y más aún porque nunca había estado en suelo boliviano, pero cuando me di cuenta de la fecha me puse muy triste, era en el cumple de mi viejo y el año pasado tampoco había estado, gracias a la ayuda de mis viejos me pude ir un poco más tranquilo y como cenamos juntos por Skype me sentí un poco más cerca de ellos, feliz cumple de nuevo pa!!!!!

 
Una cruz que recuerda, sin saberlo,
la llegada de los primeros inmigrantes ilegales en esta tierra.
Así fue que dos semanas después de mi última salida al exterior estábamos emprendiendo una nueva. Arrancamos con la bacanería desayunando en el VIP de american express, tomamos el avión y a las pocas horas estábamos en el hermano país boliviano. Allá en Santa Cruz de la Sierra, donde parece que la CNN influyó mucho sobre las personas.
 
La hermosa catedral iluminada por las noches
Afortunadamente esta vez no hubo tanto trabajo y pudimos aprovechar las noches para ir al centro de la ciudad, ver la deslumbrante catedral con ladrillos a la vista y cenar por esos lugares. Una de las noches fuimos a cenar a un restaurante de comida típica que todo el mundo nos recomendaba a la hora de almorzar, sin saber que preferíamos ir a comer a uno de los restaurantes callejeros como el que terminamos yendo el último día, donde comi una milanesa que cubría todo el plato y las papas fritas que se escondían debajo de ella por tan sólo 2 dólares.
 
Esta vez, por la luz del dios Sol
El sábado por la mañana pudimos dar un pequeño recorrido visitar la catedral por adentro y volver al hotel para esperar el transfer que nos llevaría al aeropuerto. Nuestro viaje laboral estaba terminando. Ahora quedaba encontrarme con mis viejos, darle el abrazo que no pude a mi papá y reencontrarme con Maru. Todo esto pasó ayer.
 
Ahora bien, ustedes se preguntarán si habrá más viajes, esperemos que sí, a dónde, no lo sabemos, cuándo, cuanto antes mejor. Pero lo que sí sé es que estoy ansioso por contárselo y por volver a agarrar mi mochila intentando calmar esta adicción que como tal requiere una dosis cada vez más alta, la adicción de viajar.
 
 
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