Un roadtrip por la costa este de Australia – 2000Km de Cairns a Brisbane

Una de las cosas que más me gusta hacer cuando viajamos, es armar diferentes viajecitos dentro del viaje grande. La agrupación puede ser de lo más variada, y a veces, hasta sin sentido. Lo que importa es que el viaje se vaya renovando a sí mismo. Pequeños ciclos que empiezan y terminan para darle una dinámica tan ágil y cambiante como sea posible. En estas tres semanas de viaje que habríamos de dedicar a Fiji y Australia, habían quedado divididas de la siguiente forma: 1 semana en el resort en fiji, 1 semana de lujo en Melbourne y Sydney y finalmente unos 10 días para un viaje en auto de 2.000 Km en el que uniríamos Cairns con Brisbane. Viajar en auto es algo que amo y me disgusta a la vez. Me encanta la versatibilidad de moverte parando y yendo a donde uno tiene ganas, aunque muchas veces esa libertad es más bien ficticia (o quizás un falacia impulsada por las automotrices) ya que terminamos yendo a dónde nos indica el GPS o paramos sólo cuando algo nos llama la atención en la ruta, perdiéndonos esos montones de atractivos ocultos, tal vez, por un árbol frondoso. Pienso, que esa… Seguir leyendo

La llegada a Australia y el maravilloso comienzo de 2014 en Sydney

Por alguna razón, Australia fue un subcontinente que siempre me atrajo. Algo que ronda lo exótico, lo misterioso. El hecho de estar practicamente aislado de cualquier otra tierra, hizo que en sus tierras se desarrollaran animales de lo más exóticos, desde los conocidos canguros o koalas hasta ornitorrincos o cocodrilos capaces de nadar en agua salada. Depués de muchos años de que ese destino estuviera en mis pensamientos, finalmente llegamos a este gigantesco país. Los invito a recorrer con nosotros las maravillosas ciudades de Melbourne y Sidney, donde recibimos el año nuevo en una de las mejores fiestas de mi vida, a bordo de un barco en las costas de la famosa ópera y a escasos metros del espectáculo de fuegos artificiales más impactantes del planeta.              Corría el 31 de diciembre de 1999. Tenía 14 años y todo el mundo estaba psicótico con el cambio de milenio. Algunos aguafiestas se empeñaban en decir que el tercer milenio comenzaría recién en el año 2001, ya que el calendario gregoriano no incluye el año 0, mientras ingenieros y progamadores sólo algunos años mayores a mi, llenaban sus bolsillos arreglando los errores del Y2K. Por mi parte, yo disfrutaba del estreno de… Seguir leyendo