Phi Phi, en el paraíso de Dios
Habíamos dejado Phuket, aquella isla tan amada y odiada a la vez, odiada por los millones de turistas que no les gustan los turistas, que se quejan de las botellas en la playa mientras tiran su bolsa de papas fritas en el mar, pero amada por ellos mismos y por nosotros también, que disfrutamos su encanto y tratamos de alejarnos de las multitudes pero nos alegramos cuando al preguntar, how much is it? El buen señor tailandés de turno sabe responder cuanto nos cuesta nuestra botella de cerveza, nos alegramos por no caer en el cliché de decir a nosotros no nos gustan los lugares turísticos porque sabemos, que como a la mayoría nos gusta ver un menú en inglés o poder desayunar un café con tostadas y no un plato de sopa picante. Simplemente disfrutar de los lugares sin decir las cosas «cools» nada más que porque tiene onda. En fin, estábamos dejando aquel maravilloso lugar para dirigirnos a uno aún más lindo, o eso nos habían dicho. Salimos temprano a la mañana, bueno temprano para un día de vacaciones, a eso de las 8 a.m. y nos llevaron hasta un barco de grandes dimensiones, con capacidad para unas… Seguir leyendo